La deshidratación puede afectar a nuestros engreídos, esta se produce cuando nuestro perro elimina más fluido de los que recupera.

Hay varias causas de deshidratación, pero las más frecuentes se asocian a través de vómitos y/o diarrea, enfermedades renales o los golpes de calor. Además, la fiebre puede hacer que tu perro reduzca su ingesta de agua, lo que conduce a la deshidratación.

Así que, siempre procuremos prestar atención al estado de hidratación de nuestros engreídos, te preguntarás… ¿Cuáles son los signos que debo notar? Cuando un perro está deshidratado puedes observar que sus encías están secas, así como su saliva se vuelve más espesa o la orina está oscurecida, en los casos más graves sus ojitos se pueden hundir.

Para evitar que esto suceda te dejamos unos tips prácticos para refrescar a tu engreído ahora que el verano está en su máximo esplendor:

  •       Mojar a tu perro en las zonas clave como sus patitas, el tronco y la cabeza, puede ayudar a bajar la temperatura.
  •       Protégelo del sol, es muy importante que el perro tenga un lugar fresco y protegido del sol donde descansar.
  •       Puedes prepararle un helado casero, el hielo no es perjudicial para los perros, así que ponerle cubitos en su bebedero hará que su agua esté más fresquita.
  •       Un buen cepillado es muy aconsejable para favorecer la muda y retirar el subpelo. Por otro lado, es importante sacar a tu perro a pasear en los momentos en los que hace menos calor y evitar que se queme sus patitas.

Por último, si nos encontramos con un perro deshidratado, como primeros auxilios podemos ofrecerle agua y mantenerlo a la sombra, si sospechamos de un golpe de calor lo mejor es acudir donde un veterinario.